domingo, 2 de febrero de 2014

Superhéroes o quizás no... [Primera Parte]



La definición propia de «superhéroe» nos refiere a los personajes de ficción cuyas características superan las de un héroe clásico, debido a que en la mayoría de los casos estos sujetos cuentan con poderes sobrehumanos, aunque hay otros que no necesariamente los tienen. 

Es así que esa palabra ya forma parte de nuestro lenguaje y por ende de nuestra cultura. Desde hace años atrás hemos venido observando un crecimiento en las cintas cinematográficas debido a la proyección en la pantalla grande de superhéroes salvando a la humanidad de invasiones extraterrestres, de criminales que  pretenden conquistar el mundo y obtener la sumisión de la humanidad; entre otros objetivos individualistas y personales. 

Pero, ¿qué características tienen estos seres de ciencia ficción que nos entretienen tanto y nos llaman la atención a todos?

Desde Spiderman, Hulk, Capitán América, Thor,  Mr. Fantastic, el Profesor X, Wolverine hasta Superman, Flash, Linterna Verde y cientos de personajes más, encontramos que todos ellos, diferentes en sus características y poderes, son similares en su origen. Todos ellos extraterrestres, dioses mitológicos, razas apartadas de la humanidad, productos o víctimas de algún experimento científico; creados a través de la obtención de aparatos o instrumentos tecnológicos muy avanzados, artefactos místicos o con poderes sobrenaturales, demonios, etc.

Sin embargo, existe un selecto círculo que encierra otro tipo origen en común.

Punisher, Daredevil, Ironman, Elektra, Viuda Negra y más recientemente, Batman; conforman un pequeño grupo de personajes que tienen algo en común respecto a su origen. No cuentan con poderes especiales, pero si hay en ellos un deseo de justicia, un deseo que primero se originó en una venganza debido a un hecho o circunstancia traumática que los llevó a adoptar esas personalidades y que después de conseguir algunos puntos a su favor, tomaron un estandarte en pro de la libertad, la justicia y la paz dentro de sus respectivas comunidades y sociedades.

Dichos individuos cuyas familias o seres queridos fueron asesinados, carecen de súper poderes para combatir a sus respectivos villanos; sin embargo cuentan con sofisticadas armas, herramientas, aparatos y habilidades que les permiten realizar su labor de justicieros.

Pero…a pesar de buscar un bienestar colectivo, se han encontrado con un obstáculo que en ocasiones les cuesta mucho trabajo superar y que incluso les frena en sus acciones: el gobierno.

No obstante, en la mayoría de esas historias, estos héroes desconocidos siguen en su búsqueda de la justicia social que ha sido lacerada por múltiples villanos y criminales, que al igual que ellos, persiguen objetivos y metas, sólo que en su caso para lograr una satisfacción personal o de un grupo de poder ilegítimo; por lo cual, los primeros justifican sus acciones diciendo que el trabajo que ellos realizan, es un trabajo que los encargados del sistema de gobierno omiten o se muestran incapaces para desarrollarlo. Algunos incluso, se atreven a decir que le están “dando una mano” a las autoridades.

Ojalá y más de uno, haya regresado un poco a su infancia o a su juventud con esa descripción de los personajes que alguna vez imaginamos convertirnos para salvar a otros de la terrible villanía y maldad de otros sujetos.

Hora de volver a la tierra…y a la realidad.

Una realidad en la que Michoacán, uno de los 31 estados que componen nuestro país, es tema de constante debate y noticia. Una cruda e infeliz realidad, en la que si nombras dicha región vienen a tu mente palabras como “narcotráfico”, “delincuencia organizada”, “levantones y ejecuciones” y más recientemente “grupos comunitarios o autodefensas”.

Los grupos de autodefensa surgieron en Michoacán y Guerrero, en respuesta a lo que ellos llaman "la inacción de las autoridades en contra del crimen organizado en la región". Al igual que los personajes que describimos en cuanto a su origen traumático, las autodefensas son un conjunto de personas que cansadas de la violencia que azota no sólo a esas regiones, sino más aún, que tiene un profundo impacto en sus actividades cotidianas, en sus relaciones familiares y sociales; acordaron reunirse y tomar las armas por cuenta propia para realizar lo que el Estado dejó de hacer:

…promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos […] en consecuencia, deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley.

Por el momento las autodefensas en Michoacán operan en municipios como Buenavista, Tepalcatepec, Coalcomán, Aguililla, Tancítaro, La Huacana, Churumuco y Parácuaro, todos municipios de la Tierra Caliente; una zona que se ha visto marcada por la pobreza y donde sus habitantes se dedican generalmente al campo. 

Su operación y organización radica en una necesidad que el Estado no está satisfaciendo como se está obligado a cumplir para el bienestar del cuerpo social. No está procurando la seguridad y estableciendo las medidas necesarias para garantizar un pleno desarrollo de las personas, ya no hablemos de esta región, sino de todo el país.  

Por ello, el Estado mexicano debe controlar el surgimiento de las autodefensas en Michoacán para evitar su proliferación en otras partes del país, y con ello prevenir más brotes de una violencia generalizada que ha paralizado a muchos de los sectores que componen a nuestra sociedad, a nuestro México.

Las “autodefensas” si bien emulan en algunos rasgos a los personajes que han adoptado una personalidad de héroes y que buscan continuar lo que el gobierno y sus respectivos órganos dejaron de hacer, violan un precepto constitucional contenido dentro del artículo 17 de nuestro máximo ordenamiento legal, el cual establece lo siguiente:

Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.

Esto significa que el único facultado para administrar justicia es el Estado. Es el único ente que puede tener el monopolio de la ley.

La existencia de estos grupos radica en tomar las armas y regresar a la antigua normatividad, a la auto tutela, a la ley del Talión para defender en un principio sus intereses subjetivos y las vidas que ellos ostentaban antes de la llegada de la delincuencia.

Asimismo, y a diferencia de los superhéroes que nombramos; las autodefensas al fin y al cabo persiguen intereses individuales más no colectivos. Esto lleva a una contradicción mayor, pues no están obedeciendo un orden sino al contrario están imponiendo uno en el que la reacción normal y natural hacia un ataque es otro ataque. No se estarían convirtiendo en superhéroes, sino al contrario; en los villanos y malos de la historia.

No tengo idea cuando se detendrá esa guerra que fue desatada por parte del Gobierno Federal para derrotar al crimen organizado. No tengo ni la menor idea, de quién será el vencedor. Lo que sí sé, es que las víctimas de la violencia no pertenecen a un solo grupo de personas, sino a un conjunto de seres que comparten esa misma esencia y naturaleza, seres humanos que no buscan otra cosa más que el bienestar individual y colectivo, que pretenden alcanzar sus sueños y lograr con ello la felicidad. Y también sé que, no podemos ser espectadores del problema y dejar sólo al orden superior en esa lucha, pero tampoco podemos ser partícipes directamente en el problema.

Es inaceptable que toleremos el crecimiento de esta enfermedad, pero también es inaceptable que se formen grupos de defensa comunitaria que usen de manera deliberada las armas y con ello traten de realizar la labor en la que el Estado y sus órganos de acción están trabajando poco a poco. Quizá me reprocharan por este comentario; pero hay que tener en cuenta algo: la violencia genera más violencia.

Nuestro ámbito de acción no está atrincherándonos en las calles, creando emboscadas y persiguiendo criminales. Nuestro trabajo se debe centrar en las responsabilidades que tenemos para con nuestro entorno social y para con el Estado.

¿Qué podemos hacer entonces? ¿Debemos quedarnos cruzados de brazos? No lo creo, pero tampoco creo que organizar defensas comunitarias sea la vía para conseguir la prosperidad y felicidad en nuestras vidas. El trabajo que hacer es demasiado; y si el Estado tiene sus obligaciones, como ciudadanos también contamos con las nuestras y no debemos olvidarnos de ellas.

Los héroes que recordamos al inicio estarían muy decepcionados de nosotros si supieran que luchamos contra las injusticias que se presentan en la sociedad, de una manera vengativa y solamente persiguiendo el interés de cada persona, más no el de un cuerpo social. 


Mientras escribía esto, las autodefensas y el Gobierno han llegado a un acuerdo. Se pretende institucionalizar a estos grupos, obedeciendo ciertos parámetros y respetando algunos límites que han sido establecidos por la ley.
 
Entonces, mi artículo quedará incompleto, pero trabajaré en ello. Y recordando la frase de todos esos comics: 
 
Está historia continuará…